Más sobre biométrica: firmas bioacústicas

Las ondas acústicas que atraviesan el cuerpo son lo suficientemente únicas como para ser biométricas:

«El modelado nos permitió inferir cuáles son las estructuras o características materiales del cuerpo humano que permiten diferenciar a las personas», explica Joo Yong Sim, uno de los investigadores del Instituto de Investigación de Electrónica y Telecomunicaciones (ETRI) con sede en Corea del Sur que realizó el estudio. «Por ejemplo, pudimos observar cómo la estructura, el tamaño y el peso de los huesos, así como la rigidez de las articulaciones, afectan al espectro bioacústico».

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En particular, los investigadores mostraron su preocupación por el hecho de que la precisión de este enfoque podría disminuir con el tiempo, ya que el cuerpo humano cambia constantemente sus células, matrices y contenido de fluidos. Para explicarlo, obtuvieron los datos acústicos de los participantes en tres intervalos independientes, con una separación de 30 días entre ellos.

«Nos sorprendió enormemente que el patrón espectral de la bioacústica de los participantes se conservase bien a lo largo del tiempo, a pesar de nuestro temor a que el patrón cambiase considerablemente», afirma Sim. «Estos resultados sugieren que la firma bioacústica muestra más características anatómicas que los cambios que se producen diariamente en el agua, la temperatura corporal o la concentración de biomoléculas en la sangre».

No es ideal, ya que una precisión del 97 % es peor que obtener huellas dactilares o realizar escaneos del iris. Aunque fueron capaces de reproducir la biometría en el plazo de un mes, probablemente esta cambie a medida que envejecemos, ganamos y perdemos peso, etc. Aún así, es interesante.